comí muchas cosas ricas...
Esa es la carta, y como bien su nombre lo dice es todo natural y no trabajan con nada de carne excepto la de soya.
Me hizo mucha ilusión comer con mi papá porque casi nunca lo veo y salió muy improvisado todo así que fue prácticamente una sorpresa almorzar con él, pedimos unos jugos (naturales) el de naranja plátano que estaba muy rico y yo uno de naranja zanahoria muy rico también. Unos pancitos integrales con chancho en piedra.
La compañía increíble, la comida riquísima y el precio de todo esto fue de $12.000 que para mi fue *w* muy bueno, lo encontré enfermo de barato. El local es súper piola, la hora de almuerzo se pasa volando y la verdad entras y como que se te olvida que estas en Santiago centro. Recomiendo ir totalmente.
Cariños
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